domingo, 8 de agosto de 2010

Pasaje al alivio - Labios Fugitivos IV


Similar a un fantasma blanco que se mueve como el viento, estaba la sábana de la habitación en la que se encontraban las 2.
Bajo telas jugaban a encontrar algo que parecían no tener.
No hay pasión en esta historia, simplemente dolor y sudor.
Ya que no implica amor, implica olvido. Necesitamos un pasillo, un pasaje, para cerrar la historia con algún muerto viviente. Matando con arañazos ilusiones grandes para transformarlas en ilusiones de bolsillo.
Por eso, estos gritos de placer, no eran más que el descargo de energía contenida dentro de esos cuerpos salvajemente rasgados, que marcaban hilos de sangre que rebotaba a cada movimiento.
Al final, el sudor reemplazó el amor y la sangre.
Y sólo un cigarrillo arrugado fue el protagonista.

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